La fertilidad ha dejado de ser un asunto privado para convertirse en un fenómeno social, demográfico...y sí, también económico. En España -donde la edad media para tener el primer hijo ya supera los 32 años- el retraso en la maternidad, los cambios en los modelos familiares y las nuevas libertades sociales están transformando silenciosamente el mapa de la reproducción asistida.
¿El resultado? Un mercado que crece a ritmo constante, y que se perfila como uno de los activos alternativos más interesantes del sector salud.
Como mencionamos en nuestro blog introductorio sobre qué es la reproducción asistida y por qué crece, España es el destino número uno en Europa para quienes buscan tratamientos de fertilidad.
Y no es casualidad, aquí se concentran más del 40% de los pacientes europeos que viajan para recibir tratamientos reproductivos, impulsados por una combinación casi perfecta de tecnología médica puntera, experiencia clínica y marco legal muy inclusivo.
Mientras otros países restringen el acceso a ciertos colectivos, España abre la puerta y recibe. El resultado es una demanda internacional sostenida que genera ingresos estables y predecibles para las clínicas privadas.
Más allá del “turismo reproductivo”, lo que empuja este mercado es una transformación profunda en los modelos de vida: el auge de la maternidad tardía, la mayor visibilidad de familias diversas, o la elección creciente de la maternidad en solitario en España y a nivel global.
Detrás de cada ciclo de FIV, hay una historia. A veces es una pareja que lleva años intentándolo. A veces es una mujer sola que decide no esperar más. A veces es una paciente alemana que recorre 1.500 kilómetros porque en su país no le permiten acceder a un tratamiento con donante anónimo.
Cada historia es única. Pero juntas, forman una tendencia estructural que hace que la demanda cambie y crezca.
Los datos confirman las tendencias mencionadas anteriormente: el sector de la reproducción asistida en 2023 superó los 600 millones de euros de facturación, con un crecimiento anual compuesto (CAGR) del 6,05% durante la última década. Y no parece que vaya a frenar.
Esto, en términos de inversión, se traduce en márgenes sólidos (EBITDA estimado entre el 17 y 20% en clínica optimizadas), un modelo de negocio altamente escalable, y retornos atractivos: >25% de TIR, según los modelos planteados por iniciativas como Grupo Reproducción Avanzada (GRA).
Porque el sector tiene aún margen para consolidarse. Porque las clínicas independientes buscan modelos de gestión que les permitan escalar sin perder identidad médica. Y porque el mercado está en plena transformación, lo que crea ventanas de oportunidad para vehículos de inversión especializados.
Además, hay algo profundamente valioso en esto: no estás invirtiendo solo en cifras, sino en soluciones reales para personas reales. En ciencia que cambia vidas. En historias que empiezan con una ecografía.
En Seica estamos estructurando un vehículo de inversión centrado en clínicas de medicina reproductiva, con una estrategia clara de crecimiento y retorno. Si te interesa entender cómo y por qué invertir en este sector puede ser una decisión estratégica (y humana), te invitamos a ponerte en contacto con nosotros.
CMO
Con experiencia en venture capital, creación de startups y operaciones, Guillem ha desarrollado su carrera en fondos como Encomenda Smart Capital y en venture builders como Antai. Formado en Babson College, ha acompañado a múltiples proyectos en fases iniciales, liderando análisis de inversión, estrategia y crecimiento.